Esta serie resultó ser una gran decepción para mí. La había visto recomendada en numerosas ocasiones y escuché a muchas personas hablar positivamente de ella, pero, sinceramente, no hay muchos aspectos rescatables.

Los personajes son planos y, en gran parte de la historia, se sienten mal utilizados; incluso hubo momentos en los que parecían olvidados. La mayor parte del tiempo, su presencia parecía ser solo un relleno destinado a realzar a los protagonistas, sin aportar nada sustancial a la trama. En particular, el personaje de Dean tuvo la misma expresión facial en toda la serie, lo que lo hacía aún más monótono y poco interesante.

Sin embargo, lo más crítico es que en el 90% de los episodios no sucedía absolutamente nada. Las escenas eran innecesariamente largas y no contribuían en absoluto al desarrollo de la historia. Al final, el conflicto se resolvió de manera apresurada en el último episodio, a pesar de haber tenido 17 capítulos para desarrollarlo y presentarlo de forma gradual explayandose más en los conflictos de nuestros protagonistas.

En conclusión, esta serie es un recordatorio de que, a veces, las expectativas demasiado altas puede llevarnos a decepciones.