Esta serie prometía ser, además del primer BL histórico—hecho cuestionable pues si ampliamos nuestro concepto de BL, The King and The Clown le gana por buenos años—, una serie “innovadora”.

¿Un chico se disfraza de mujer para reparar el daño de su hermana y casarse con su prometido? Interesante, ¿de pronto aparece el mejor amigo del esposo y se enamora del principal pensando que es mujer? Genial, cuenten conmigo y con muchas personas más. Ahora, ¿por qué no desarrollaron esto como debía? Perdieron al menos tres capítulos con el drama de la hermana de Hoseon y trataron el problema del triangulo amoroso y el enamoramiento de Hoseon y Kiwan en quince minutos básicamente.

Me dirán “Jenn, no esperes mucho de una serie cuyos capítulos no llegan a los veinte minutos”. Sin embargo, eso no es excusa pues hay cortometrajes de la misma duración y que no gozan de continuaciones, que han mostrado un mejor desarrollo de la historia.

Esta serie tenía todo para convertirse en una serie inolvidable: un cast conocido en el mundo del BL, una trama curiosa y un referente del recibimiento de otros BLs que le permitiría evitar errores. Aunque, pensándolo bien, si se convirtió en una serie inolvidable, pero por lo mala que es.